Últimamente me he dado cuenta de algo: tiendo a enamorarme fácilmente de todos los lugares que visito. No importa si hace mal tiempo, si las calles están abarrotadas de turistas o si hemos andado tanto que mis pies sólo quieren salir corriendo. Al final tan sólo soy capaz de ver la belleza de la ciudad, pueblo, montaña, río, lago, mar u océano donde me encuentro. No es algo que me …
