Situada a 300 kilómetros de Barcelona y a 150 de Montpellier, esta ciudad de la región de Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrenées o Occitanie posee uno de los cascos antiguos más bellos y bien conservados de todo el sur de Francia.
Lo más recomendable es empezar la visita a la ciudad por el antiguo puente o Pont Vieux que separa la ciudadela medieval o Cité y la parte más nueva de la ciudad, que aunque bonita, carece del interés cultural de la otra orilla. Desde aquí se obtiene una maravillosa panorámica de las murallas y del castillo medieval. Tras las fotos que estoy seguro que os haréis, toca caminar o más bien escalar la fuerte pendiente que os separa de la entrada del casco antiguo. Una vez dentro, dirigíos a la Place Auguste Pierre Pont donde se encuentra la monumental Basilique Saint-Nazaire de estilo románico y gótico. Después podéis callejear por el resto de la fortaleza y visitar el Château Comtal, que lejos de ser un majestuoso palacio, era utilizado para la defensa de la antigua villa y como residencia de los poderosos condes de Carcassonne y todo su linaje. Quizá os parezca que estas dos visitas no os llevarán mucho tiempo pero créedme, el calor sofocante (si la visitáis en verano) y el ingente numero de turistas harán que os mováis mucho más lentamente y es más que probable que invirtáis toda la mañana y parte de la tarde en ver todo el complejo. A la hora de comer tenéis infinidad de locales para escoger in situ, nosotros nos decantamos por un restaurante con una coqueta terraza bajo la sombra de unos árboles.

Después de comer, podéis reanudar vuestra visita y rodear la parte exterior de las murallas subidos en un carro de caballos* o si lo preferís y desde el interior del château, dar una vuelta por encima de estas. Al final del día, podéis descender y dar un relajante paseo por los jardines junto al puente viejo y culminar vuestra estancia estirándoos en el césped y echando una cabezadita al son del riachuelo que parte esta fascinante ciudad en dos.
*El paseo en carro de caballos es una actividad que, aunque no realicé, sí recomendé entonces y que no volvería a recomendar en la actualidad gracias a los conocimientos sobre Turismo Responsable con Animales de los que dispongo ahora. Desde este, mi humilde blog, no quiero promocionar actividades que impliquen cualquier modalidad de explotación animal, algo que sí sucede o sucedía en Carcassonne.
No os culpéis por haber participado en este tipo de actividades en el pasado, todos lo hemos hecho, pero pensad cuáles son las implicaciones de volverlo a hacer.