Capital de la región de Occitania, esta curiosa y rica ciudad es la población más cosmopolita e interesante del sur de Francia así como el punto ideal a partir del cual visitar el resto de la zona.

Su centro urbano es perfecto para recorrerlo a pie, eso sí guiándoos por un mapa ya que las señales pueden resultar confusas. Podéis empezar vuestra visita por la Place de la Comédie, punto neurálgico de la ciudad y lugar donde se erigen los edificios más monumentales de esta como la antigua estación de ferrocarril, el antiguo teatro y por supuesto la fuente de Las Tres Gracias, justo en el centro de la plaza. Este lugar, además, está repleto de parkings en los que poder dejar el coche si viajáis con él.

Place de la Comédie, Montpellier

Al este de la plaza, se encuentra el centro comercial Polygone, un sitio estupendo en el que refugiarse y huir del intenso calor de verano, tomarse algún refresco y quizá parar a comer antes de continuar la marcha.  Para esto último, el restaurante Flunch es ideal para presupuestos ajustados como el de la mayoría de viajeros, entre los que me incluyo. También disponéis de un McDonalds o McDo (como se conoce en francés) en la misma plaza.  Muy cerca, a la vuelta de la esquina, se extiende el parque Esplanade Charles de Gaulle, en el que podréis sentarse a la sombra después del atracón.  También aquí se encuentra la sede de Radio France en Montpellier, en cuya puerta, se pueden ver unas curiosas esculturas de colores.

Otra de las visitas imprescindibles de la ciudad es la grandiosa e impresionante Chatédrale de Saint-Pierre de Montpellier, adosada a la Universidad, en la que estudió, entre otros, el famoso filósofo inglés John Stuart Mill. Para llegar hasta aquí, deberéis dirigíos desde la plaza hacia el noroeste, pasando por la Rue de Loge, la Rue Foch y hacia el norte por la Rue du Plan des Palais. Tanto el interior como el exterior del edificio son realmente increíbles.

Chatédrale de Montpellier

Junto a la Catedral y la Universidad, se encuentra el maravilloso Jardin des Plantes, un jardín botánico integrado en el patrimonio de la Universidad y cerrado al público, pero visible por encima de la vaya que lo rodea. En uno de los extremos de los jardines, encontraréis el último lugar de mi visita: La place Royale du Peyru, una zona ajardinada al final de la cual se encuentra el arco de triunfo Le Chateau d’Eau y el gran acueducto de Saint Clément, construido en 1754.

Saliendo de la Place a la izquierda, se encuentra la iglesia de Sainte Anna, en la plaza del mismo nombre. Podéis volver, yendo todo recto, callejeando por el barrio hasta la Comédie.

Centro histórico de Montpellier

Tras un día empapándoos de la cultura de esta bella ciudad, toca recobrar fuerzas tomando una deliciosa pizza o quizás haciendo unas compras y para eso no hay lugar mejor que el Centre Commercial Régional Odysseum. Este colosal centro comercial al aire libre, a las afueras de la ciudad, situado junto al Planetario y el Acuario, es el más grande de Europa y el lugar ideal para relajarse tras una larga caminata. No podéis olvidaros de entrar en una de las chocolaterías que aquí se encuentran y comprar unos riquísimos macarons, los dulces más famosos del país galo.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: