Sur le pont d’Avignon
On y danse, on y danse
Sur le pont d’Avignon
On y danse tout en rond
Así reza la primera estrofa de esta mítica canción, cuyo origen exacto se desconoce, que surgió hace más de cinco siglos en esta encantadora y fascinante ciudad al sur de Francia. Su casco histórico, rodeado por una muralla medieval, es uno de los más interesantes que he visitado y sus altos muros de piedra rezuman historia por todas las esquinas.
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1. Le Pont.

Sobre las aguas del río Ródano, descansa el antiguo puente romano, que unía los antiguos pueblos situados en ambos márgenes del río; o mejor dicho la mitad del puente. De los 900 metros que lo formaban, ahora tan sólo se conservan 120; es algo extraño empezar a cruzar el río y quedarse a la mitad. Pero esta no es la única peculiaridad que esconde la construcción, en medio de esta se alza una diminuta capilla de estilo románico donde se cree fue enterrado Saint Bénézet y que fue progresivamente abandonada por los capellanes por miedo a que se derrumbara. ¿Debían rezar los habitantes antes de volver a sus casas? Es una extraña postal la que ha quedado tras siglos de historia y una visita obligatoria para todos los que visitéis Avignon.
2. Le Palais des Papas.

Este gigantesco edificio, residencia de los papas franceses que huían del caos de Roma, es uno de los más espectaculares e importantes del mundo gótico y no os podéis marchar sin visitarlo. Recorrer sus enormes estancias curiosamente sobrias para un edificio tan colosal y descubrir sus secretos es algo muy enriquecedor. No podéis tampoco salir sin subir a la «terraza», en la parte más alta del edificio y comtemplar las impresionantes vistas que hay desde aquí. Algunos días de verano además, se organizan en el patio conciertos de todo tipo y «una fiesta de la iluminación» en la que se proyecta en las paredes del palacio todo un juego de luces. Yo no pude asistir, pero el acto estaba anunciado por todas partes incluso fuera de la ciudad así que debe ser algo fantástico. Tanto si empezáis vuestra visita por aquí como si lo hacéis por el puente os recomiendo que compréis la entrada conjunta que os permitirá visitar ambos; sale a cuenta.
3. Notre-Dame-des-Doms d’Avignon y les jardins des Doms.

Tras la visita del palacio y del puente, las dos más importantes, lo más lógico es que continuéis por la Catedral de Notre-Dame-des Domes ya sea porque se encuentra junto al Palacio o porque está muy relacionado con este. Este edificio de estilo gótico y barroco entre otros, forma parte junto con el Puente, el Palacio y el Petit Palais, del Patrimonio de la Humanidad desde 1995. Su interior no tiene nada de especial, según mi opinión, es la fachada exterior en forma de punta lo que atrae más la atención. Desde la plaza de la entrada, además se obtienen unas vistas geniales de los alrededores.
Saliendo de la catedral, a la derecha encontraréis la entrada a Les Jardins des Domes, una zona ajardinada, llena de fuentes en la que multitud de turistas y estudiantes se sientan bajo la sombra de los árboles a descansar y/o a charlar un rato. En uno de los lados del parque hay unas escaleras que descienden hasta el río; junto al cual hay un servicio gratuito de barcazas que lo traviesan cada 20 0 25 minutos. El paseo por el otro margen del río es altamente recomendable y desde aquí se obtienen unas magníficas vistas de todo el casco antiguo.
Por supuesto, hay muchas más cosas que hacer en esta antigua villa romana. Si viajáis en la época adecuada (entre primavera y verano) no os podéis perder las excursiones que se organizan en la ciudad para ver los campos de lavanda florecidos, es algo precioso. En caso contrario, como yo, os tendréis que contentar con llevaros a casa los muy típicos jabones con esencia de lavanda o cualquier otro producto por el estilo. Otra cosa que podéis hacer es ir a ver el impresionante patrimonio romano de Nîmes, a unos 50 kilómetros, compuesto por un acueducto, un circo y un templo. En cuanto a la restauración, siendo Avignon una ciudad tremendamente turística no tendréis problema para encontrar un sitio para degustar la comida típica de la zona asequible a cualquier bolsillo.
