Cuando el año pasado descartamos todos nuestros planes para embarcarnos en una «pequeña» aventura sobre ruedas por el Pirineo Catalán; poco imaginábamos que acabaríamos recuperando uno de esos «descartes» para convertirlo en el destino principal del 2021. No es que menospreciásemos Portugal o el Algarve, ni muchísimo menos, pero a estas alturas realmente pensábamos que la pandemia sería historia y estaríamos ya organizando expediciones al Polo Norte o a la Selva Amazónica, mientras nos tirábamos de los pelos al pensar cómo financiarlas.
Al final, la recuperación sanitaria – vosotros los sabréis tan bien como nosotros – ha sido mucho más lenta de lo que esperábamos y en el verano de 2021 el mundo no ha vuelto a girar todavía como acostumbraba, aunque puede que nunca llegue a hacerlo del todo.
Pero si pensábamos que nos habíamos tenido que conformar con el Algarve, no podíamos estar más errados. El pequeño litoral atlántico no nos ha sacado más que sonrisas y exclamaciones en los apenas siete días que hemos tenido la suerte de visitarlo; e igual que nos pasó con el Pirineo, hemos vuelto completamente enamorados de sus paisajes casi vírgenes, de su rica gastronomía mediterránea y de sus impactantes puestas de sol. Quizás no pensando volver una tercera vez en breve, pero sí que molestos con nosotros mismos por no habérnoslo planteado mucho antes como un destino de primera línea, en vez de como un segundo o tercer descarte. Si vosotros no queréis cometer nuestro mismo error y ya estáis en proceso de organizar una ruta por este maravilloso rincón del Atlántico oriental, os dejo por aquí una guía de precios y una ristra de consejos sobre cómo ahorrar viajando por el Algarve:
¡Vamos allá pues!
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Nuestra ruta.
Nuestra ruta en coche por el Algarve tuvo una duración de 7 días y 6 noches, entre el 2 y el 8 de agosto de 2021, durante los cuales utilizamos el pequeño pueblo costero de Olhão como campamento base. El grupo viajero lo conformamos tres personas.
La primera jornada de viaje, sobre las 6 de la mañana, partimos en mi coche desde Sabadell en dirección sur, sur-oeste y cruzamos toda la Península Ibérica por carretera hasta llegar, unas 13 horas más tarde, a nuestro destino final en el Algarve.
El segundo día, cogimos de nuevo el coche y nos acercamos a la ciudad vecina de Tavira. Allí, tomamos un ferry hasta la conocida Isla de Tavira, en cuyas playas acampamos gran parte del día. Al atardecer, volvimos al casco histórico y recorrimos sus callejuelas empedradas hasta la hora de cenar.
La tercera mañana teníamos la intención de visitar las Cuevas de Benagil, pero ante la gran cantidad de gente apostada en el puesto de alquiler de kayaks, optamos por ir a la Praia da Marinha, donde nos bañamos hasta la caída del sol. Después, recorrimos la costa acantilada en busca de un spot para ver el atardecer y recalamos en Praia de Albandeira y Estaquinha.
La cuarta jornada, habiendo madrugado un poco más y con la reserva hecha de antemano, conseguimos hacernos con un kayak para visitar las impresionantes Cuevas de Benagil y su escarpada costa anaranjada. Después nos instalamos en Praia do Carvalho a pasar el resto del día y volvimos al apartamento a ducharnos y prepararnos para una cena elegante en el centro de Faro.
El antepenúltimo día del viaje, cruzamos todo el Algarve hasta su punta más occidental y visitamos la Ponta da Piedade, la Praia do Camilo y el coqueto centro histórico de Lagos. Terminamos el día con una de las puestas de sol más espectaculares de nuestra vida en el Cabo de São Vicente y cenando en un restaurante italiano en el pueblito de Sagres.
La mañana del sexto día, realmente el último de la ruta, nos la tomamos con calma y decidimos quedarnos descansando. Por la tarde, fuimos en busca de alguna playa solitaria donde terminar el viaje y nos encontramos con las preciosas Praia Secreta, da Ponta Grande y das Salamitras.
El último día, recogimos todos nuestros bártulos y volvimos a cruzarnos todo el país de vuelta a casa. En total, la ruta giró en torno a los 3.200 kilómetros.
Transporte, ¿cómo llegar y moverse por el Algarve?

Llegar y moverse por el Algarve me pareció, en parte, bastante similar a la forma de hacerlo por el Pirineo. Si bien, esta zona sur de Portugal no está tan «aislada» como la cordillera montañosa y su red de transporte público es bastante más amplia, existen todavía muchísimas zonas, especialmente playas y pequeñas calas escondidas, cuyo acceso se complica un poco – o básicamente se imposibilita – si no disponéis de vehículo propio. Por eso, os lo digo desde ya, el coche es prácticamente un imprescindible si vais a hacer una ruta de varios días por la costa del Algarve.
Más allá de esto, si partís desde el extranjero, lo más fácil es coger un vuelo hasta Faro y desde aquí iniciar el viaje. Su aeropuerto internacional, que es el principal acceso aéreo del Algarve y el tercero más importante del país, se encuentra a pocos kilómetros del centro de la ciudad y se puede llegar hasta él fácilmente en autobús. Os dejo este link a la página oficial del aeropuerto con toda la información. Si quizás tenéis la intención de incluir el Algarve en una ruta más amplia por Portugal, también podéis volar hasta el principal aeropuerto del país en Lisboa y conectar por tren o carretera con esta zona sur. El trayecto es de casi 300 kilómetros y unas 3 horas de viaje. Como siempre, podéis reservar todos vuestros billetes a través de Omio y ayudarme de esta forma a seguir viajando.
Una vez en vuestro destino final, como decía, lo mejor es alquilar un coche en alguna de las casas de alquiler que hay repartidas por toda la zona, en las principales ciudades o en el mismo aeropuerto, y moveros a vuestro aire en busca de los mejores spots del Algarve. Si aun así, no tenéis carné de conducir, no os atrevéis a alquilar un coche o por el motivo que sea, estáis decididos a hacer la ruta en transporte público, sabed que existe una red ferroviaria que conecta Lagos con Faro y esta con Villa Real de San Antonio, justo en la frontera con España. De igual modo, varias líneas de autobuses urbanos e interurbanos enlazan las principales ciudades y puntos turísticos de la zona. Os dejo el link a esta página web con toda la información, aunque recordaros que de esta forma perderéis mucho más tiempo en cada trayecto y existen muchos destinos y playas más o menos recónditos a los que no podréis acceder.

Nosotros sí decidimos optar por la opción del automóvil, pero en vez de alquilarlo, viajamos desde nuestra casa en Catalunya con nuestro propio coche. Para recorrer estos 3.200 y pico kilómetros de nuestra ruta, necesitamos llenar el depósito un total de 5 veces y al final, nos gastamos 82,11€ por persona sólo en diésel. Si vosotros también optáis por viajar en vuestro coche privado, un consejo súper IMPORTANTE: repostad en alguna gasolinera ANTES de cruzar la frontera, porque los carburantes en Portugal son carísimos (alrededor de 1,55€ el diésel en agosto de 2021) y puede llegar a haber una diferencia brutal de hasta 20 céntimos el litro entre las gasolineras portuguesas y las andaluzas. Si vuestra ruta es de más de 3 o 4 días, al final no os quedará otra opción más que repostar en el país vecino, pero si de entrada podéis ahorraros esta lanza, mejor que mejor. Asimismo, os dejo el enlace a una página con un mapa interactivo que marca las estaciones de servicio más económicas de la región.
Otra cuestión a parte son las autopistas y carreteras de peaje de Portugal y especialmente las del Algarve:
Autopista de peaje
La A22 o Autopista del Algarve es una carretera principal de pago, que más o menos está en buen estado y que cruza todo el sur de Portugal, desde la frontera con España hasta la ciudad de Lagos, en su extremo suroeste. Por experiencia propia, puedo deciros que esta es la forma más rápida y eficaz de recorrer los tramos más largos de vuestra ruta en coche por el Algarve.
Si preferís no pagar peajes, no os preocupéis porque también existe la Nacional 125, que va prácticamente en paralelo a la autopista y conecta todos y cada uno de los puntos de la región de forma completamente gratuita. Nosotros la utilizamos en varias ocasiones para movernos entre nuestro alojamiento en Olhão y las poblaciones vecinas de Tavira y Faro y para recorrer algunos tramos cortos en la vertiente oriental. Ahora bien, evidentemente es una carretera más estrecha y peor asfaltada, repleta de rotondas, con límites de velocidad más bajos y en general, con más tráfico que en la autopista. Por eso, si tenéis relativamente poco tiempo y queréis cubrir distancias largas, yo os recomiendo que optéis por pagar el peaje. Si este es el caso, prestad atención porque los peajes algarveños tienen algunas peculiaridades que cabe mencionar:
Para empezar, no existen las barreras de peaje como tal y por tanto, no tendréis que parar a pagarlos manualmente como en España. En cambio, cada cierto número de kilómetros en la autopista, hay unas cámaras que leen la matrícula del automóvil y cargan a la tarjeta asociada con esa matrícula, el importe del peaje correspondiente a ese tramo. Estos montos van desde los 25 céntimos hasta el euro o euro con veinticinco.
¿Y cómo asociar tu tarjeta a la matrícula? Pues MUY IMPORTANTE: nada más cruzar la frontera – que probablemente haréis por el Puente Internacional del Guadiana – tenéis que parar en un apeadero a la derecha, llamado Algarve welcome point. Aquí, hay unas máquinas donde tendréis que introducir una tarjeta de débito o crédito, mejor de tipo Mastercard, que quedará asociada a vuestra matrícula y donde os irán cargando automáticamente los peajes. No os asustéis, por eso, si no os llega ninguna notificación del banco porque los cargos pueden tardar días e incluso semanas en realizarse. Os aviso también de que, si no asociáis vuestra tarjeta y no pagáis los peajes, pueden caeros multas de tráfico bastante cuantiosas, así que mirad de no saltaros este punto de bienvenida y no seáis piratillas.
En total, entre estos peajes portugueses y el peaje de Tarragona, pagamos 10,42€ por persona.

Más allá de la gasolina y los peajes, el único otro gasto que tuvimos en el apartado del transporte fue el del ferry a la Isla de Tavira. Este lo tenéis que tomar en la zona sur del muelle y el billete de ida y vuelta, que se compra en un stand frente al amarre, cuesta 2,20€.
De este modo, el gasto total en transporte fue de 94,73€ por persona.
Alojamiento, ¿dónde dormir?
Como en casi todas las zonas turísticas en la franja del Mediterráneo – el Atlántico Oriental en este caso – en el Algarve existe una oferta de alojamiento prácticamente ilimitada, compuesta por cientos de hoteles, hostels, albergues, pensiones, apartamentos, etc. con más o menos servicios, más o menos cerca de la playa, más o menos estrellas y con más o menos encanto. Simplemente es ponerse a navegar un rato por Internet para encontrar aquel que cumpla todas vuestras especificaciones y como siempre: reservar con la máxima antelación posible. Podéis hacerlo a través de este link de Booking.com y ayudarme así a seguir viajando.
Por otro lado, para el caso concreto del Algarve, muchos blogs de viajes recomiendan dividir la estancia en varios alojamientos para ir visitando las distintas zonas con calma, no tener que recorrer tantos kilómetros en coche y poder aprovechar bien las jornadas. Creo que esto está muy bien si vuestro viaje es de como mínimo 15 días. Si no, personalmente yo os diría de elegir un único campamento base y desplazaros siempre desde este. Al final, la franja costera tiene sólo 200 kilómetros de punta a punta y las carreteras están en el suficiente buen estado como para que los trayectos no se hagan demasiado largos. En cualquier caso, lo que podéis hacer para acortar los viajes es buscar alojamiento en la zona más central del Algarve. Las poblaciones de Portimâo, Carvoeiro, Albufeira y hasta Faro, son las más recomendadas para acampar, por su ubicación, amplia oferta de alojamiento, restauración y actividades turísticas y culturales.

Aunque nosotros, lo cierto es que no hicimos demasiado caso a este último consejo y nos decantamos por la bella ciudad de Olhão, a pocos kilómetros al este de Faro; y he de decir que, excepto quizás el día que visitamos Ponta da Piedade, el resto de excursiones no se nos hicieron en absoluto largas. En la misma línea, la ciudad de Lagos, en la punta más occidental, también puede ser una muy buena opción para pasar unos días. Pero bueno, esto al final depende enteramente de vosotros y de cuánto os guste conducir. Por otra parte, como ya veníamos haciendo en los viajes anteriores, nosotros optamos por un apartamento privado, pues sabíamos que íbamos a pasar muchas horas fuera y queríamos disponer de una cocina para hacernos la comida y así, ahorrar también un poco. Os dejo el link a la oferta de Booking por si os interesa, porque el piso era muy nuevo y bonito, estaba muy limpio y totalmente equipado y nosotros volvimos encantados. Los siete días y seis noches nos costaron 510 euros en total.
De este modo, el gasto total en alojamiento fue de 170€ por persona.
Comida, ¿restaurante o no restaurante?
Como bien os venía contando, el planteamiento para nuestro viaje por el Algarve fue, básicamente, el de pasar todo el día en la playa y por la tarde, cuando ya bajaba un poco más el sol, levantarnos para hacer alguna visita extra en algún pueblo cercano. Por eso y porque la mayoría de las calas a las que fuimos carecían de cualquier infraestructura turística, nos pareció que era mejor cocinar en el apartamento y llevarnos la comida del mediodía en nuestros eternos compañeros, los tuppers de colores. Además de ello, ya sabéis que esta es una de las mejores formas de ahorrar estando de viaje. Por eso, nada más llegar a Olhão el primer día, fuimos a hacer una compra al Lidl y nos surtimos con lo básico para sobrevivir unos cuantos días: agua, pan, leche, cereales, algo de fruta y verdura, yogures, pasta, salsa de tomate, carne etc. En total, nos gastamos 20,58€ por persona, muy similar a lo invertido en las Cinque Terre o en el Pirineo Catalán.

A parte de estas comidas caseras, hicimos 4 cenas en restaurantes de todo el Algarve y de media pagamos por persona, 18,22€ por un único plato, más bebida y postre. Al contrario de lo que estaréis pensando, la gastronomía algarveña, que se basa principalmente en pescados y mariscos frescos y en verduras de temporada, no es en absoluto cara y de seguro podréis encontrar restaurantes tradicionales para todos los gustos y bolsillos. Pero lo que a nosotros nos hizo encarecer más nuestro presupuesto, fueron las sangrías que mis compañeras de viaje se empeñaban en pedir una y otra vez allá donde íbamos y que conformaban, ya de por sí solas, una cuarta parte de la cuenta total. Para que os hagáis una idea, la cena más cara fue la que hicimos en el Restaurante O Castelo, en el casco viejo de Faro, una noche que nos apeteció arreglarnos un poco y hacer el gasto extraordinario del viaje y en la que acabamos pagando 28,50€ por persona (aquí la sangría ya nos costó 25€). Y la cena más barata fue la que hicimos en el encantador Dom Fraguinho, a las afueras de Olhão y especializado en pollo a la brasa y donde pagamos 8,23€ por persona por un plato combinado, bebida y postre (aquí no pidieron sangría). Ambos locales, en sus respectivos precios, fueron un acierto total y están súper súper recomendados.
A banda de los restaurantes, os recomiendo también que probéis uno de los dulces por antonomasia del Algarve: los bolinhos. Hechos generalmente de almendras regionales, los podréis encontrar en todas las formas, colores y sabores (literalmente) en pastelerías de toda la región e incluso en puestos ambulantes en la playa. Yo los probé en mi primer viaje al Algarve y por supuesto, hubimos de repetir esta segunda vez, así que compramos uno relleno de chocolate en la Isla de Tavira que nos costó 1,50€. ¡Delicioso!
De este modo, el gasto total en comida fue de 94,97€ por persona.
Descubrir el Algarve, ¿qué hacer, ver y visitar?

El Algarve se ha formado una imagen y un nombre propios dentro del turismo de sol y playa gracias a sus espectaculares calas de arena anaranjada, las cuales se han conseguido mantener casi vírgenes a pesar de toda la afluencia de masas. Y aunque quizás injustamente, porque su litoral tiene mucho más que ofrecer como su enorme variedad de paisajes y sus villas centenarias, en esta ocasión nosotros nos dedicamos casi exclusivamente a saltar de arenal en arenal y a bañarnos en sus gélidas aguas atlánticas. También – aunque un poco superficialmente – recorrimos los cascos viejos de Tavira y Lagos y recalamos en alguno de los mejores miradores como el Cabo de São Vicente. Por todo ello, lo cierto es que nuestro presupuesto destinado a actividades turísticas como tal, fue prácticamente nulo. De hecho, el único gasto que tuvimos en este aspecto fue el alquiler de kayak para visitar las increíbles cuevas de Benagil. Nosotros lo reservamos con la empresa Stance Up – siempre con antelación – y pagamos 45€ por una hora y cuarenta y cinco de kayak triple. La verdad es que la experiencia fue inmejorable y todo el personal súper simpático y atento.
De excursiones como esta, hay tropecientas repartidas por todo el Algarve, a elegir entre vuestros gustos e intereses. Lo único que os recomendaría, es que eligierais una empresa que fuese responsable con el entorno y con todos los seres vivos que lo habitan, especialmente si queréis vivir la experiencia de ver delfines o cetáceos en libertad, algo que he visto está muy demandado en la zona. Más allá de esto, disfrutad de los increíbles paisajes del Algarve, de sus playas, de su gastronomía y de sus increíbles atardeceres, sin duda otro de los planes gratuitos imprescindibles de la región.
De este modo, el gasto total en visitas y actividades turísticas fue de 15€ por persona.
Compras. Caprichitos y souvenirs.
Volvemos a encontrarnos en este último apartado de los presupuestos viajeros y como con el caso de Las Cinque Terre, fue tal la buena experiencia que nos llevamos de esos pocos días en el Algarve y tanto el contenido audiovisual generado, que no vi necesario comprarme ningún objeto para recordar el viaje. Aun así, sí que vistamos varias tiendas de recuerdos durante nuestra estancia y sufragué los respectivos encargos que me hizo mi familia y amigos. En una postal, un dedal, una bola de nieve, un juego de cartas, un par de llaveros y un imán, me gasté 15,10€. Ya sabéis que el precio de este tipo de cosas suele estar algo sobredimensionado. Por eso, lo que os recomiendo siempre: si queréis llevaros algo más memorable a casa, optad por una artesanía o producto local o algún comestible tradicional que evoque esos olores y sabores tan característicos del destino en cuestión. Eso o como nosotros, valeos simplemente de los miles de selfies e instastories que grabaréis durante vuestro viaje, para componer un bonito álbum o video recopilatorio que quede para la posteridad.
De este modo, el gasto total en compras, caprichitos y souvenirs fue de 15,10€ por persona.
PRESUPUESTO TOTAL PARA VIAJAR 7 DÍAS AL ALGARVE: 389,80€, aproximada y orientativamente.
Boa viagem! ¡Y disfrutad del Algarve tanto como lo hicimos nosotros!